No importa cuál sea tu edad o en qué etapa de la vida te encuentres, es indiscutible que a la mayoría de nosotros nos vendría bien un estímulo para nuestra salud física, mental y emocional. La vida puede ser desalentadora y francamente agotadora, así que tomarse un tiempo para cuidar de ti mismo es una necesidad ABSOLUTA para estos días impredecibles. No te dejes engañar por los estigmas del pasado: no hay nada malo ni egoísta en reservar un poco de tiempo para atender a tus necesidades. Al fin y al cabo, solo tienes una vida, un cuerpo y un alma. Aprovecha esta oportunidad al máximo.
Lo maravilloso del autocuidado es que es algo propio de cada uno de nosotros, imposible hacerlo mal. Algunas personas encuentran reconfortante pasar 30 minutos diarios al aire libre y sentir el viento en su cara. Otros sienten una gran tranquilidad al escribir sus pensamientos mientras toman su primera taza de café. Estas prácticas de autocuidado, sencillas pero de gran impacto, son sumamente importantes para liberar el estrés, prevenir enfermedades y aumentar la gratitud. ¡No subestimes el poder del autocuidado!
Ahora bien, piensa en esto: si tú necesitas estos pequeños descansos para poder vivir una semana feliz y saludable, ¿qué pasa con tus hijos? La respuesta es simple: ¡ellos también lo necesitan! ¡No temas invitarlos a entrar en el maravilloso mundo del autocuidado!
Siempre es un buen momento para adoptar comportamientos que generen una apreciación más profunda de uno mismo y de los que nos rodean. Cuando los padres y las madres les enseñan a sus hijos que es importante tomarse un momento para hacer una pausa y dar prioridad a sus propias necesidades, los preparan para una vida fructífera llena de empatía y conciencia plena. Al estar más conectados con nosotros mismos, con el tiempo estaremos mejor preparados para entablar relaciones con los demás. ¿Te interesa enseñarle a tus hijos sobre el autocuidado y cómo comenzar a hacerlo? ¡Consulta nuestra lista de autocuidados cotidianos para cada niña!
Identifica aromas reconfortantes
Si tu niña a cargo baja corriendo las escaleras al sentir el olor de las galletas recién horneadas, considera la posibilidad de comprarle un aromatizante de ambiente o una loción para las manos que tenga un dulce aroma a vainilla. En momentos de estrés o incluso en momentos de tranquilidad, como a la hora de acostarse, haz que se aplique la crema en las manos y los brazos, que la huela profundamente y que se relaje. Enciende su vela favorita en la cocina para recibirla cuando llega de la escuela con su aroma favorito apenas entre por la puerta. Este “lugar feliz” con aroma la conectará con una sensación de alegría, comodidad y seguridad. Los aromas poseen una característica mágica de vincularse con la memoria, así que el hecho de seguir asociando los buenos sentimientos con sus recuerdos más preciados solo hará que estos momentos sean aún más significativos.
Que la madre naturaleza participe
Programa tiempo al aire libre con tu niña y enséñale el valor de conectar con la naturaleza (y respetarla). Buenas noticias: disfrutar de la naturaleza no tiene por qué suponer un alto gasto económico. Puede ser desde ayudar a regar las plantas, dar un paseo por un parque cercano hasta dar la vuelta a la manzana, observar los pájaros, fotografiar los paisajes o llamar por teléfono a un amigo o a un abuelo desde el patio trasero. Lo importante es estar al aire libre, inhalar el aire fresco y apreciar la belleza del mundo que te rodea. Bonificación: ¡haz una lista con tu niña de los parques locales que les gustaría visitar! Bonificación EXTRA: ¡invita a abuelos y amigos con antelación a compartir estas visitas a los parques!
Escríbelo
Como ya hemos dicho, anotar tus pensamientos, ideas, preocupaciones, planes o agradecimientos es una forma muy eficaz de autocuidado. Visita una tienda de manualidades con tu niña para elegir un diario y, para hacerlo aún más divertido, compra un paquete de bolígrafos de gel o pegatinas. Se recomienda mantener el diario al lado de la cama. Convierte el diario en una parte de la rutina nocturna de relajación. Cada noche, pídele a tu niña que escriba tres conclusiones claves de su día. Aunque solo sean unas pocas frases, anímala a que tome nota de lo que hizo que su día fuera estupendo, de lo que le gustaría mejorar y de lo que está agradecida. Positivas o negativas, plasmar las emociones en un papel es algo muy saludable y puede ofrecer una excelente perspectiva, especialmente justo antes de terminar el día.
Incorpora la atención plena a través de la meditación
Para los padres, competir con las luces brillantes y los zumbidos de la tecnología puede ser todo un reto. Eso es exactamente lo que hace que la siguiente forma de autocuidado, la meditación, sea aún más importante. Los estudios han demostrado que los niños que practican actividades de atención plena (como la meditación, el yoga o la respiración profunda) pueden concentrarse más eficazmente en clase, respetar a sus compañeros y demostrar autocontrol, empatía y reducir los niveles de estrés. Comienza esta práctica acompañando a tu niña en breves sesiones introductorias de meditación que no sean excesivamente abstractas ni prolongadas. Explícale por qué haces lo que haces y por qué es beneficioso. Hay muchas aplicaciones bien pensadas, como Calm y Headspace, que te darán las herramientas que necesitas. ¡Si quieres probar un enfoque algo diferente, consulta estas tres meditaciones especiales en este enlace!
Publica (y verbaliza) afirmaciones positivas
Coloca notas adhesivas de afirmaciones positivas por todo el hogar, en especial en la habitación de tu hija (¡y también nos encantan las sorpresas en la lonchera!). Cada semana, comparte con ella un nuevo mensaje, reserva un tiempo para discutirlo y haz que ella se lo repita sobre sí misma. Cuando escuche los mensajes de apoyo con su propia voz, estos resonarán aún más profundamente. Después de la escuela o camino a casa después del entrenamiento, invítala a que repita la afirmación de nuevo. Con el tiempo, anímala a que escriba las suyas propias. La autoconversación positiva que nace del corazón es un hábito de por vida que toda persona debería tratar de adoptar. Siempre se puede aprender algo de una afirmación positiva que puede aplicarse a la vida. Solo hay que estar dispuesto a pensar con cuidado, con honestidad y con el corazón abierto.
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